Miedo al amor

Esta reflexión surgió del miedo, emoción casi siempre irracional por acontecimientos pasados donde hemos sentido todo lo puro de dicha emoción. Pero, ¿de qué miedo hablamos?. Del miedo al amor.

Normalmente, los seres humanos nos enamoramos en la adolescencia, pero este amor no tiene nada que ver cuando se forja con una madurez emocional por delante. A veces, el amor no es para siempre dejándonos un vacío difícil de llenar, menos en la adolescencia, que era fácil de sustituir.

Por lo que, esto genera miedo, inseguridad y evitación por volver a sentirlo, de alguna manera dejamos el amor a un lado para poder seguir viviendo, sin saber que lo que ha pasado es el miedo, el miedo a que nuestro corazón vuelva a latir, a que la serotonina vuelva a dispararse, la adrenalina viva en nuestro estómago en forma de mariposas, miedo a enamorarnos.

Una vez leí una frase que me hizo pensar en todo esto, "Quien estudia el amor es como quien estudia el Himalaya viendo un mapa desde las montañas. ¡El mapa no es la montaña! Si te obsesionas demasiado con el mapa, puedes tener la montaña delante de ti, pero seguirás sin ser capaz de verla. Y es así. La montaña está delante de ti, pero tus ojos están llenos de mapas, mapas de la montaña, mapas de esa misma montaña hechos por diversos exploradores. Estamos llenos de tantos mapas, que no tenemos ojos para ver la montaña real."

Y es así. El amor no es un catálogo ni algo que tenga que pasarnos porque sí. El amor es lo único que llega sin buscarlo, lo único que surge sin explicación. El amor llega y cuando eso pasa, solo queda aceptarlo, sin buscar en mapas la razón ni lo que hacer.

Quizá vivimos en una sociedad donde nos ponen sin quererlo muchos mapas en el buzón, esto hace que no veamos con claridad el amor, y solo veamos la belleza y lo atractivo de cada uno de esos mapas, pero no debemos confundirnos, ya que si hacemos esto no podremos ver la montaña, ni las cumbres de la misma, cubiertas de nieve, de escarcha... cubiertas de eso a lo que antes teníamos miedo pero comprendimos que es mejor caminar por la montaña que observarla a través de esos mapas.